¿Y esto es navidad?

¿Porque cuando llegas a los treinta y pico de años, comienzas a conocer ese poco de nombres raros de enfermedades? Que carajo sabía yo, que mis alimentos son altos de purinas ¿Es que la purina no es una marca de alimentos para perros?

El tema es que cuando casi la puerta de los treinta y dos está por abrirse, se me ocurre la genial idea de hacerme un examen de sangre, dizque para el control. Pues, luego de vanagloriarme, que el dicho resultado se podía bajar por internet, que la tecnología está en mis manos, me encuentro como si me abofetearan con ese papel que me preocupa más que los números de la violencia caraqueña de fin de semana. Un poco de cifras altas como ácido urico, triglicéridos, colesterol, y ese poco de cosas ¿Es que acaso lo único que sube no es el dólar?

Luego de tener ese poco de nombres que sólo pensaba que existían en historias de geriátricos, me enfile a buscar en internet. Los resultados en Google son cosas tan ilógicas como el exceso de grasa, de tomates, de carnes, de azucares, y lo peor de alcohol. Por favor, y ¿quien vive sin todas esas cosas? ¿Es que acaso antes de llegar a los cuarenta años hay que vestirse de blanco, comer puras matas, y practicar yoga?

Total que me tocará pasar un diciembre haciendo dietas, comiendo sano y alejarme de las tan anheladas parrillas, pepitos en las mercedes, hamburguesas de altamira, arepas reina pepeada, dulce de lechoza de mi mamá, tortas, ron.

Que Navidad me espera.